La aparición de la inteligencia artificial para hacer trabajos escolares (como los asistentes de escritura o los generadores de texto) ha generado debate. ¿Es trampa? ¿Es una herramienta? La clave está en el uso responsable. Para alumnos, padres y docentes, entender esta diferencia es vital.
La IA es una calculadora avanzada para la información. Puede procesar, resumir y generar texto, pero carece de comprensión, pensamiento crítico, originalidad genuina o la capacidad de "aprender" de la experiencia de un alumno.
¿Bloqueado con un tema? Pide a la IA ideas para el esquema de un trabajo, posibles argumentos o ángulos diferentes.
Ejemplo: Pide "ideas para un ensayo sobre el impacto del cambio climático en la agricultura de Andalucía".
Si tienes un texto largo, la IA puede ayudarte a extraer las ideas principales.
Ejemplo: Pide "resume este artículo sobre la fotosíntesis en 3 puntos clave".
Úsala para revisar la gramática, la ortografía o sugerir mejoras de estilo.
Ejemplo: Pide "revisa este párrafo para corregir errores de gramática y mejorar la fluidez".
Prepara mejor tus exámenes pidiéndole a la IA que cree preguntas de práctica sobre un tema dado.
Ejemplo: Pide "genera 5 preguntas de tipo test sobre la Revolución Francesa".
Si no entiendes un tema, la IA puede desglosarlo y explicarlo de diferentes maneras.
Ejemplo: Pide "explícame la teoría de la relatividad de forma sencilla para un estudiante de secundaria". Si necesitas más ayuda, consulta nuestra guía sobre cómo usar IA para estudiar mejor.
La IA es una herramienta poderosa para potenciar el aprendizaje, no para eludirlo. En Almia, te damos las claves para un uso inteligente y responsable que impulse el éxito académico. Conoce más sobre ChatGPT en educación y los riesgos a considerar. ¡Únete gratis!
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